Este trabajo consistía en aislar un chalé de 30 años de antigüedad, donde el principal problema era que en verano tenían mucho calor y en invierno mucho frío. Cuando soplaba cierzo, el aire frío entraba por los huecos del mortero del ladrillo caravista enfriando la casa rápidamente.
Mónica Ferrero, propietaria de la vivienda, nos cuenta su experiencia:
«Nos pusieron la celulosa en los últimos días de agosto, y tal y como nos adelantó Arturo, en un sólo día y sin mayores complicaciones.»
Ya en noviembre, cuando le preguntamos a Mónica nos dijo:
«Es cierto que las temperaturas no han sido todavía bajas este año como para comparar el gasto de calefacción. Pero en lo que sí se nota mucho es cuando sopla cierzo. La casa entonces se enfriaba muy deprisa, y ahora la temperatura se mantiene mucho mejor.»
Se trata de un testimonio más de un cliente satisfecho.
El aislamiento mediante insuflado de celulosa es la única solución efectiva sin obra, ideal para viviendas habitadas.
Buenísimo el aporte. Saludos.
Gracias por leernos!